miércoles, 23 de mayo de 2007

Utopia


Una Constitución Nacional ¿plantea un mundo utópico? ¿es admisible una Constitución en un mundo organizado utópicamente? ¿la Carta Magna es el medio a una sociedad como la de Utopía?

El libro escrito por Tomás Moro en 1516 refleja el mundo ideal situado en una isla lejana a las civilizaciones de aquel tiempo. En el transcurso de su relato, el autor inglés, nos sumerge en un mundo en el cual la obediencia responde casi a un imperativo categórico de Kant, pero que fue inserto en la cultura de los utopianos y transmitido de generación en generación. Cabe hacer una salvedad a la palabra UTOPIA, el término designa tanto un género literario como una especie de política ficción. También la tentativa de realizar una forma de organización social que encarna un ideal considerado como absolutamente válido.
En este sector del planeta llamado Utopía, los castigos y las recompensas, las costumbres arraigadas como dictados de moral, la organización de la ciudad en los aspectos políticos y estructurales del sistema organizativo de una civilización, dan cuenta de un gobierno que funciona armónicamente. Pero cabe plantearse si es esto producto de una convención humana que envía directivas para el control social (que sería la Ley Fundamental, Constitución) o es un estado al cual se arriba a través de un proceso educacional del ciudadano el cual es logrado a través del tiempo y lleva a la extinción de la Carta Magna, por el carácter de obsolescencia que ésta llega adquirir. En la narración de Moro, en ningún momento se asevera la existencia de un texto directriz, constitucional, que guíe la conducta de los utopianos.
Las costumbres de estos habitantes no parecen estar arraigadas a un texto fundamental. La narración meramente descriptiva de Tomás Moro, se contrapone a otros coetáneos escritores, el más conocido de ellos es Maquiavelo. Éste es quien a partir de “El príncipe” sienta pautas prescriptivas para la conformación de un verdadero Estado Nación. Entonces, por un lado aparece la descripción de Moro, de un mundo ideal… donde los delincuentes son penados a colgarse grandes joyas de oro como castigo y como símbolo de estar atados a objetos materiales que les resultan molestos para el desarrollo normal de sus vidas, donde es admitido el divorcio con la previa evaluación de los magistrados de la Nación, donde la esclavitud es una medida ejemplificadora y correctiva frente a quienes quieran cometer un delito. El delito es considerado una ofensa a la sociedad, ya que el Estado, las familias y todo aquel contribuyente ha dado para ese sujeto, que ha desviado su conducta, un poco de sí para inculcar en el actual reo los valores de Utopía; éste ha despreciado y desaprovechado aquello que el Estado le ha ofrecido invirtiendo en educación y posibilidades de una vida plena… y por otro lado, la cara que presenta el florentino Maquiavelo, un mundo sin normas, una nación italiana sumergida en la anomia que necesita de un poder prescriptivo para contener las fuerzas sociales que golpean al régimen de gobierno.
Entonces… ¿la Constitución conlleva a la destrucción de ella por ella misma? o ¿es una figura siempre presente y necesaria dentro del sistema gubernamental? No puedo afirmar a ciencia cierta si es que en Utopía ha existido un contrato social de tipo constitucional en los anales del origen de esta ciudad, pero puedo asegurar que a partir de la lectura del texto del autor inglés, en ningún momento se hace referencia a un texto fundamental legislativo vigente. En cambio, el panorama presentado por el italiano da lugar a la necesidad urgente de una consolidación nacional, que se refleja en su consejo hacia la figura del príncipe, pero éste habrá de dictar sus resoluciones y reglamentos a los cuales atenerse para ejercer su poderío.
Ahora bien, el debate entre descripción y prescripción, podría extrapolarse a estos términos: la descripción de Moro caracteriza a un pueblo que pareciera haber ya superado los distintos estados políticos. Se encuentra esta civilización muy lejos del Estado de Naturaleza y también del Estado Civil respaldado en el contrato social… ha traspasado esas etapas para llegar hoy a estar en un punto de organización, ¿rozará tal vez la idea con la de una sociedad anarquista? En la prescripción juegan otros intereses y otras necesidades. Un texto prescriptivo se centra en la necesidad de establecer imperativos para la organización de determinado estado, es el caso de los consejos que da Maquiavelo a Cesar Borgia. Los textos fundamentales contienen prescripciones organizativas todos ellos… Maquiavelo da ímpetu a la necesidad de organizar la sociedad fragmentada, así la lógica de la política implica que será necesario el dictado de una Constitución o al menos de un reglamento que legalice el accionar del gobernante. Entonces la Constitución, texto organizativo de una sociedad, ¿es un medio para arribar a una sociedad justa? ¿Son las cláusulas dispositivas de estos documentos dictados de moral a internalizar para poder a llegar a conformar una sociedad como la de Utopía?
Quiero creer que es un medio para la concreción de ciertas aspiraciones, no nacionales, sino universales. La filosofía anarquista brinda también elementos para comprender la idea de Moro. Pero para arribar a este tipo de sociedad es necesario atravesar por diversas etapas, tal cual lo analiza la filosofía proudhoniana anárquica, que no debe ser entendida como la búsqueda de un mundo libertino y de la haraganería… sino un mundo de real libertad, donde la moral es dictada internamente y las leyes emanan de cada ciudadano por su sentido de justicia, y se refleja en esta frase del filósofo francés Proudhon: “tout attentat à la famille est une profanation de la justice, una trahison envers le peuple et la liberté…”[1]la familia como valor fundamental de la sociedad y como núcleo generador de valores y moral, también ello reflejado en Utopía.
[1] “Todo atentado a la familia es una profanación a la justicia, es una traición contra el pueblo y la libertad.

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