- Autorretrato -
Artemisia Gentileschi, fue la primer mujer en pintar motivos o escenas religiosas, la primer mujer en ser admitida en la Academia de Arte de Florencia (1616), la primer mujer en ganarse la vida a través de la pintura, la primer y única mujer en adoptar el Caravagismo y, lo más importante, una de las grandes artistas del Barroco Italiano.
Otro exponente del potencial femenino. Artemisa fue hija de un renombrado pinto del renacimiento, cercano a Caravaggio. Supo ganarse el respeto en su época, y fue la única pintora reconocida en sus tiempos... su diferencia de género la hacía víctima de la segregación sexual del Seicento.
Sus pinturas son oscuras y hasta lúgubres, esto por la influencia del Caravaggio. Pero también encuentran su causal en el hecho que fue abusada sexualmente por el pintor Tassi. Sus obras muestran un gran protagonismo femenino frente al hombre, sus personajes femeninos son heroínas.
Judith y su doncella - Palazzo Piti- Firenze
En el análisis efectuado del cuadro más célebre de Artemisia, la Judith decapitando a Holofernes de los Uffizi, Longhi escribió:
¿Quién pensaría de hecho que sobre un lienzo estudiado de candor y sombras valiosas dignas de un Vermeer una generosidad natural, pudiera acontecer una matanza tan brutal y sangrienta? [...] pero - es lógico decirlo - ¡esta es una mujer terrible! ¿Una mujer pintó todo esto?
Y añadía:
... No hay nada sádico aquí, en lugar de ello lo que más impresiona es la impasibilidad de la pintora, que fue incluso capaz de darse cuenta de cómo la sangre, al chorrear violentamente, ¡podía decorar con dos líneas de gotas al vuelo la zona central! ¡Increible, os digo! Y también por favor ¡den a la Sra. Schiattesi - el nombre de casada de Artemisia - la oportunidad de elegir el puño de la espada! Al final, ¿no creen que el único propósito de Judith es apartarse todo lo posible para evitar que la sangre pueda manchar su novísimo vestido de seda amarilla? Pensemos, de todas formas, que ese es un vestido de Casa Gentileschi, el guardarropa más refinado de la Europa del siglo XVII, después de Van Dyck
Roberto Longhi, Gentileschi padre e figlia, 1916.
Entre sus admiradores tiene un puesto de especial relieve Buonarroti el joven (sobrino del gran Miguel Ángel): empeñado en construir la Casa Buonarrotti para celebrar la memoria de su ilustre antecesor, encargó a Artemisia la ejecución de una tela destinada a decorar el techo de la galería de pinturas.
Maria Sol